Foto: Santiago Álvarez 

No han sido fáciles los últimos días en el Once Caldas después del lanzamiento del controversial plan de abonos para la temporada 2020 I. El club, a través del comité de evaluación y aprobación en él área de mercadeo, decidió modificar su política tradicional de comercialización de los abonos y condicionar la venta en 7 fases distintas y con topes de adquisición en cada una de ellas.

La base de la idea surge a raíz de la necesidad de generar incremento en el valor de estas entradas, con la promesa dirigencial de tener un equipo más competitivo el próximo año. Era claro que a todos los cerca de 8 mil fieles de este semestre no podían recargarles su abono al mismo precio del anterior, debido a las variaciones deportivas que buscan tener; por ello surgió la necesidad de aumentar el costo, pero esta vez de una manera progresiva con el objetivo de mantener al aficionado expectante y al mismo tiempo competitivo en cada una de las fases.

En principio, un concepto madre que me lució interesante, novedoso y atrevido. Política comercial poco conocida, pero ya ejecutada en el fútbol, que se copió de una estrategia promovida por el Independiente Medellín el año pasado, en la que efectivamente había logrado el propósito de vender más abonos a unos precios óptimos para esa institución. Pero…como el mal estudiante, la tarea fue mal copiada por el Once Caldas, hubo alto grado de improvisación y se dejaron detalles al azar imperdonables.

Como primera medida y a diferencia del DIM, en Manizales no se tuvo en cuenta al hincha fiel como actor determinante y fundamental en el proceso. Fue un plan genérico que de entrada generó todos los reproches y las críticas del aficionado tradicional que año a año tienen como devoción acompañar al equipo cada que salta a la cancha en su casa. Evidentemente faltó tacto, estrategias adicionales y priorización en ese aspecto.

Luego, hubo muy poco espacio entre el momento del lanzamiento y el primer día de venta. Un plan riesgoso como ese, requiere amplia difusión y pedagogía, además de expositores que se conecten con la gente para digerir adecuadamente un proceso que era nuevo para el seguidor del equipo. No hubo un espacio para la asimilación, el mensaje no llegó adecuadamente al simpatizante.

Lo que siguió fue el caos: el primer día de venta tuvo una modificación en el horario, no salieron a las 9 a.m., como se había anunciado inicialmente, sino que se modificó para las 2 p.m. de ese martes; nuevamente la comunicación no caló en el hincha y desde antes de las 8 de la mañana había largas filas, situación que el club decidió solucionar con unas fichas para dar prioridad en la tarde. Horas después el caos se acrecentó, el pésimo sistema de TuBoleta falló por enésima vez y la aglomeración fue total. No había cama para tanta gente, el tope de la fase I era de 474 abonos y la gente que espero por horas, tuvo que salir con las manos vacías.

El bochorno fue total, hubo gritos, protestas, insultos y hasta se necesitó la intervención policial para calmar el asunto. Las críticas se trasladaron a redes sociales, con mensajes ofensivos, peticiones, fotos videos y hasta una carta solicitando delicadeza y consideración con los hinchas más fieles. La idea, por mala planificación y ejecución, estaba condenada al fracaso!

Ya el miércoles, después de cumplir la meta inicial, pero al observar las críticas y el poco entendimiento, el club decide eliminar topes de abonos vendidos por fases y habilitar los demás puntos de TuBoleta para los hinchas fieles, medida que era necesaria en medio del escándalo generado, pese a que con las nuevas condiciones es posible que la institución pierda dinero, pues como ya lo comentamos, el objetivo con las etapas y los límites era generar un mayor recaudo. Aunque las críticas persisten, la marea bajó un poco y los días han transcurrido con mucha más tranquilidad.

Ya enumerados los errores del Once Caldas, que sigue dando tumbos en este y otros aspectos, quiero referirme a la empresa contratada por el club para la comercialización de los abonos. No hay derecho a tanta negligencia e incompetencia; hago una solicitud desde esta ventana para que TuBoleta dé garantías a partir de ahora en todos los aspectos de este proceso de venta e invito al club a mirar otras alternativas el año próximo para mercadear su producto; el servicio es intermitente, poco ágil y como dicen en la calle, “saca piedras!”.

Hago un llamado también al hincha que, así tengan razón en muchas de las quejas, no dejen el equipo tirado y sigan acompañando en el estadio. No renuncien a abonarse. Recuerden que algún día pasarán estos directivos, técnicos y jugadores, pero los dolientes siempre quedamos ahí.

Hasta otra oportunidad…