Manizales, 19 de diciembre de 2010. Partido de la final del fútbol colombiano entre Once Caldas y Deportes Tolima. El resultado favoreció al equipo manizalita 3-1. Celebración del Once Caldas. Foto: Néstor Gómez / CEET Crédito: CEET Fotógrafo: NESTOR GÓMEZ

Poco queda de aquel exitoso equipo que en poco más de 7 años consiguió 4 títulos, tres ligas locales (2003, 2009, 2010) y una Copa Libertadores (2004), hoy lo único que hace alusión a aquella gran institución es el uniforme blanco, el estadio y los hinchas.

El presente del Once Caldas hace años que no es bueno, desde aquella final perdida ante Junior en el 2011, el club empezó en una declive que aún no tiene fin; no ha sido protagonista desde entonces, estuvo comprometido en el descenso y en la mejor campaña en los últimos años, perdió la final de Copa con Nacional en Medellín.

Lo que vemos hoy en Manizales es el resultado de los errores de planeación, de proyectos, de ambición, aunque el entrenador de turno (en este caso Hubert Bodhert) tiene mucho que ver, los jugadores que han pasado en la última década, los entrenadores y los directivos también tienen responsabilidad.

Desde el año 2011 han pasado por el banquillo del Once Caldas 9 entrenadores en propiedad, Juan Carlos Osorio, Pompilio Páez, Ángel Guillermo Hoyos, Santiago Escobar, Flabio Torres, Javier Torrente, Hernán Lisi, Francisco Maturana, Hubert Bodhert; cada uno de ellos son el reflejo de la poca identidad del Club, ninguno sigue una línea de juego que identifique al Once Caldas, llegaron a conseguir resultados y se fueron por no lograrlo.

Paradójicamente, el único que ha podido mantenerse en un tiempo prolongado es el cartagenero Hubert Bodhert, en sus primeros meses consiguió cosas importantes, alejó al equipo del descenso y lo hizo animador, pero el Once Caldas no se puede conformar con solo competir, el futuro del equipo pide nuevos horizontes, pide un nuevo proyecto, requiere un nuevo entrenador.

Es incierto el futuro del equipo, las posibilidades de un nuevo dueño alimentan la ilusión del hincha manizaleño, que se imagina en el futuro cercano un equipo a la altura de su historia, un proyecto que regrese la grandeza al Palogrande.