Foto: Once Caldas

Esta novela que estamos viviendo con el Once Caldas ya la hemos vivido antes, se advirtió después de la renovación de Diego Corredor hasta junio del 2024 y nos dijeron “deje trabajar” “no genere mal ambiente” cuando solo advertíamos que renovar un técnico sin haber cumplido objetivos era una amenaza para la viabilidad del club y ya había antecedentes.

El Blanco decidió renovarle a Corredor en el mes de febrero cuando ostentaba invicto de 7 fechas, curiosamente después de la renovación el equipo empezó a ceder terreno y después de una inició de temporada muy bueno (mira la nota), siendo el último equipo que perdió el invicto, terminó quedándose inexplicablemente por fuera de los ocho mejores

Casos similares pasaron con técnicos como Flabio Torres y Hubert Bodhert, quienes empezaron una buena campaña y por el “miedo” a que se los llevaran para otros equipos, se decide renovarles a mitad del torneo y finalmente termina siendo un problema para los directivos poderles terminar su contrato.

Como siempre ha ocurrido en estos casos, cuando se rompe la relación entre técnico y directivos, la barra hace su oposición para meter presión y que el técnico renuncie, siempre ha funcionado, con Javier Torrente, Maturna, Flabio y Bodhert, curiosamente siempre se adjudica el problema al técnico y no a los directivos

Lo cierto es que siguen pasando los técnicos, los jugadores pero los directivos siguen, en este caso, la cabeza del proyecto llamado Once Caldas es Tulio Mario Castrillón, quien es el responsable de llevar al Blanco a buen puerto. Pero que ostenta los peores números como presidente en la historia de torneos cortos, desde que él llegó al máximo cargo del Blanco en el 2016, el Blanco ha quedado eliminado en 11 torneos y solo ha clasificado a 2, de los cuales son 7 eliminaciones consecutivas (mira la nota).