Cómo se temía desde antes de iniciar el compromiso, la situación en el estadio Palogrande pasó de insultos a agresiones una vez culminado el partido, donde el Once Caldas no logró el triunfo esperado por los hinchas.

Los hechos violentos iniciaron en un sector de la tribuna norte, donde un grupo de aproximadamente 20 individuos comenzó a arrojar elementos a los uniformados que custodiaban el descenso a la pista atlética. Vallas publicitarias y hasta una nevera del interior del estadio se vio rodar por las escaleras.

Foto:Daniel Naranjo
Foto:Daniel Naranjo

Ante las acciones, el ESMAD intervino y todos los asistentes a la tribuna pagaron los platos rotos al ser desalojados  con el uso de la fuerza policial. Los disturbios se trasladaron a las afueras donde algunos vándalos continuaban incitando a los uniformados arrojando piedras y otros elementos, y en consecuencia estos respondieron con balas de goma y gases lacrimógenos que afectaron en su mayoría a transeúntes que nada tenían que ver con el pleito.

Sobre la avenida Santander, en inmediaciones a la Universidad Católica los vehículos quedaron atrapados en una estampida de jóvenes con piedras en mano y agentes arrojando gases, algunos se bajaron de las motos mientras otros trataban de adelantarse entre las lágrimas y los efectos de ahogo.

Foto: Daniel Naranjo
Foto: Daniel Naranjo

Aún no se conocen versiones oficiales sobre heridos y afectaciones dentro y fuera del escenario deportivo y se está a la espera de las sanciones que seguramente recibirá la barra como consecuencia de algunos desadaptados que manchan la imagen de todo el grupo. Al final jugadores y periodistas debieron aguardar dentro del estadio a que la situación estuviera controlada.