Hace 16 años el Once Caldas dirigido por Luis Fernando Montoya, logró su conquista más importante en la historia. El equipo ‘Albo’ dio el golpe en el continente y se impuso como el mejor de todos enfrentado al multicampeón Boca Juniors.
Han pasado 5844 días desde que el Once Caldas volcó a todo un país para apoyarlo y conseguir la segunda Copa Libertadores para el fútbol colombiano. El equipo que se batió codo a codo con las mejores escuadras sudamericanas tiene su espacio en el corazón de cada uno de los colombianos.
La final:
El Once disputó ese título contra el vigente campeón, dirigido por Carlos Bianchi y con un plantel conformado por Abbondanzieri, Burdisso, Schiavi, Clemente Rodríguez, Cagna, Guillermo Barros Schelotto, Fabián Vargas, Amaranto Perea, Cascini y Carlos Tévez.
La ida se jugó en La Bombonera el 23 de junio y tras un inteligente partido del equipo colombiano terminó 0-0. El trámite favoreció al ‘Xeneize’ que dominó las acciones del encuentro, no había duda, el Blanco tenía la suerte del campeón.
En la vuelta en Manizales, con un marco inigualable, la gente llenó el Palogrande con la ilusión de hacer historia y así fue, al minuto 7’ Jhon Viáfara abrió la cuenta con un golazo de media distancia, que gritó Colombia entera. Para la segunda mitad Boca Juniors salió con mejores intenciones y empató al 52’ con frentazo de Nicolás Burdisso. Con un juego de arco a arco el tiempo pasó y el título se resolvió en penales.
Luego de una serie de infarto, los penales fueron la única manera de determinar al ganador, fue entonces cuando Juan Carlos Henao tuvo un momento de inspiración divina y atajó la cantidad de cobros suficientes para que el Once Caldas lograra lo imposible.
La serie comenzó con angustia pues, el experto en pelota parada Valentierra falló el primero. Rolando Schiavi también erró el suyo. El primero en anotar fue Manizaleño Elkin Soto y el arquero local respondió con una atajada al cobro de Raúl Cascini. Wilmer Ortegón puso más suspenso pues Roberto Abbondanzieri detuvo el suyo pero Nicolás Burdisso remató al palo. Jorge Agudelo llevó la serie 2-0 con su anotación y el equipo albo encontró el título en las manos de Henao que controló el disparo de Franco Cángele.
Han pasado 16 años ya y en la memoria de los colombianos vive aquel 1 de julio de 2004, aquel equipo que enamoró con su táctica, que conquistó a propios y extraños con su convicción, no era un plantel lleno de estrellas, era un plantel lleno de ganas de triunfar que encontraron en el Gran Profe Luis Fernando Montoya, el bastón necesario para revertir cualquier adversidad. El titulo hoy se celebra como si hubiera sido ayer, ¡¡La Libertadores es Blanca y que lo cuenten como quieran!!
