Por Juan David Morales A.

Rememorar aquellos buenos momentos que nos ha dejado la vida reconforta el alma, y más cuando los mismos nos transportan a una época, nos revive personas, fechas y detalles que siempre permanecerán vigentes.

Siempre vuelvo a esos días de la infancia cuando me dirigía en una buseta a Palogrande los domingos por la tarde, mientras en la radio anunciaban la formación titular: Henao, Vanegas, Viafara, Velasquez, Soto, Arnulfo Valentierra, Sergio Galván Rey, entre otros; y un momento de esos que al parecer es tan efímero, quedaría marcado para siempre, porque esas narraciones se encargaban de construir la pasión desbordante que se siente por el fútbol, por un equipo, una camiseta y una bandera.

Y es que el Once Caldas es el lugar donde nos encontramos todos, son los colores propios del pueblo manizaleño, aquel que tiene un gran sentido de pertenencia y ostenta una mística, propia de esta ciudad, en la cual se protegen y resaltan los símbolos que nos representan, uno de ellos, nuestro amado Once Caldas, además de casaca blanca, el majestuoso Palogrande y todos los elementos que giran alrededor del ‘equipo del alma’.

Departiendo con otros aficionados respecto de lo difícil que será este año por la posición en el descenso, encontramos reacciones y sentimientos que tienen la capacidad de explicar, por qué el fútbol no es solo fútbol sino que realmente es vida, es identidad.

Y es vida e identidad, porque siempre hallamos a lo largo de nuestra maravillosa ciudad historias en las cuales sobresale el fervor por el equipo caldense. Los viajes de las barras, las anécdotas del Londoño Londoño, los relatos de las filas para conseguir las boletas para la final de la Libertadores, alguna curiosidad sobre lo buen o mal vecino que fue, algún jugador que militó hace un tiempo en el equipo; el tatuaje, el autógrafo, la camiseta, el ‘profe’ Montoya o el ‘profe’ Osorio.

De todo ello solo me queda concluir, que a partir de esta noche la nómina no sólo será la conformada por Cuadrado, Peralta, Moreno, Harrison, Cabrera, López, Farías y los demás, sino que cada que haya una fecha futbolera, la camiseta la tendrá bien puesta Don Juan, Don Jorge, José Luis, Jarvy, Sebastián y todos aquellos a los que sus corazones explotan cuando el Once gana y mueren un poco cuando la derrota llega. ¡Vamos a ganar, Manizales, vamos a ganar, Once Caldas. Vamos a ganar, no Joda!